Un homenaje a Rodger Kenworthy: un amigo fiel y pionero del Reino

Rodger Kenworthy
6 de enero de 1945 - 9 de agosto de 2024

En 2010, conecté por primera vez con Rodger Kenworthy, cofundador de Abba Oil, junto con su esposa Greer. En ese entonces, buscaba un aceite de unción de alta calidad que fuera bíblicamente sólido y a un precio razonable, una combinación sorprendentemente difícil de encontrar. Habíamos probado varias marcas, pero pocas tenían la excelencia y el propósito de Abba Oil. Sus productos destacaron de inmediato, y decidimos presentarlos en la tienda online de nuestro ministerio, no para obtener ganancias, sino para llenar un vacío en nuestro país de aceite de unción accesible y con fundamento bíblico.

Desde el principio, nuestro ministerio funcionó únicamente con el apoyo de voluntarios. Consideramos esta labor una vocación, no un negocio. No se trataba solo de distribuir aceite; se trataba de dotar a los creyentes de una comprensión bíblica de su uso y significado. Lo que comenzó como una iniciativa pequeña y relativamente desconocida, pronto se convirtió en una parte importante de nuestra misión.

Con los años, Rodger y yo forjamos una profunda amistad a pesar de la distancia que nos separaba: él en Estados Unidos, yo en los Países Bajos. Hablábamos por teléfono con frecuencia y se convirtió en un confidente de confianza. Cuando mi esposa y yo enfrentamos una intensa persecución gubernamental a finales de 2017, lo perdimos casi todo: nuestra casa, nuestros ingresos, incluso nuestra ciudadanía. Confiamos las tiendas online a un ministerio amigo que ha continuado fielmente la obra sin nosotros, mientras nos encontrábamos sin hogar, confiando únicamente en Dios para su provisión.

En esa época oscura, muchos supuestos amigos desaparecieron. Pero Rodger no. Él se quedó. Llamó, oró, animó. Incluso cuando él mismo luchaba con problemas de salud, contestaba el teléfono solo para saber cómo estaba o compartir su última idea para Abba Oil. Su fe era contagiosa; su amistad, inquebrantable.

Nunca olvidaré el final de 2018, cuando no encontrábamos ni un solo lugar donde quedarnos. Rodger no solo se compadeció, sino que actuó. Propuso soluciones, y cuando nada más funcionó, nos encontró un lugar en Israel donde pudiéramos vivir y servir durante unos meses. Ese gesto desinteresado nos dio espacio para respirar y vivir.

Finalmente, por la gracia de Dios, volvimos a tener un hogar a finales de 2021. En 2024, tras siete años agotadores de litigio, aceptamos un acuerdo, no porque se hiciera justicia, sino para cerrar el capítulo y dejar el juicio en manos de Dios. Pero tan solo unos meses después, recibí la devastadora noticia del fallecimiento de Rodger el 9 de agosto de 2024.

Aún tenía muchos sueños. Tantas conversaciones pendientes. Pero aunque ahora está con Jesús, su legado sigue vivo. Rodger no era solo un compañero de ministerio ni un empresario; era un hermano en Cristo y un verdadero amigo.

Unos meses después del fallecimiento de Rodger, en mayo de 2025, el ministerio que había continuado fielmente la tienda online nos la confió de nuevo. Ahora hemos reanudado el trabajo, esta vez sin la guía y el ánimo de Rodger, que había llegado a valorar profundamente. Es doloroso continuar sin su ayuda, pero también estoy agradecido por todo lo que aprendí de él en el camino.

Permítanme cerrar con un mensaje que una vez me envió: una mirada a su corazón y a su fe:

“No sería sincero si dijera que fue un camino fácil, pero puedo (podemos) dar fe de que Él es fiel, incluso cuando nosotros no lo somos.
Esto les puedo decir: nuestro negocio/ministerio es increíble, nuestros clientes son maravillosos (como ustedes) y no pasa un día sin que oremos por alguien, ya sea en persona o por teléfono, o recibamos un testimonio de Su sanidad y oraciones contestadas.
Él nos ha bendecido con hijas y yernos maravillosos y nietos maravillosos.
Cuando miro hacia atrás, puedo decir realmente: ¡valió la pena todo!
Mi aliento para ti hoy es este: superarás este momento de gran prueba. Saldrás fortalecido en Él, y Él verdaderamente guiará tu camino. Un día, mirarás atrás y te alegrarás de adónde los ha llevado a ti y a tu esposa.
“Tu amigo, Rodger.”

Hasta la próxima, Rodger. Gracias por acompañarnos en esta lucha.

- Robin Prijs